Los tatuajes son la
historia de mi vida, a pesar de que tengo pocos, cada uno tiene un
significado especial y único para mí. No es solo ir a un estudio y
decirle a un tatuador que te haga un tatuaje al gusto, es hacerlo con
un motivo especial sabiendo que la tinta siempre estará ahí en tu
piel, porque así lo has querido. Han sido 5 los que se han plasmado
en mu piel, todos en mi brazo derecho el cual cubren por completo
pues son muy grandes.
El primer tatuaje que me
realice fue un verdadero reto para mí, no por miedo, sino por haber
esperado tanto tiempo para hacerlos. Luego de que mis amigos
cumplieron la mayoría de edad, todos se hicieron uno o dos tatuajes.
Yo alucinaba cada vez que veía uno y cada molécula de mi cuerpo de
rogaba que fuera a un estudio a tatuarme. Incluso había logrado
ahorrar el dinero necesario para hacerlo, pero cuando lo tuve en mis
manos algo me hizo cambiar de opinión. Una voz en mi cabeza me
susurró: ¿Por qué me te harías ese tatuaje? Entonces no encontré
respuesta, no había un motivo realmente importante para hacerlo. Yo
siempre he sido de los que valora la pureza de la naturaleza y al
momento de mi nacimiento no había un solo rastro de tinta en mi
piel, era una forma de conservar la pureza de mi cuerpo. Así que el
día que decidiera tatuarme, iba a ser por un motivo grande.
Ese motivo llego a mis 26
años cuando mi novia dio a luz a nuestro primer hijo. Cuando lo tuve
en mis brazos fue la sensación más hermosa que recuerdo jamás,
quizás incluso se ha magnificado un poco por todo el terror que
sentí solo unos minutos antes. Todo iba bien en el parto hasta que
mi esposa coronó. Cuando estaban intentando sacar al bebe el doctor
dice que el cordón umbilical le estaba rodeando el cuello. Mi tono
de piel morena palideció y un nudo de miedo comenzó a apretar mi
corazón y mi garganta simultáneamente. Por suerte el doctor pudo
solucionar dos problemas: ayudar a que mi hijo naciera y detener el
infarto que estaba sufriendo en ese momento.
Entonces decidí tatuarme
la primera foto que le tome con mi teléfono con su nombre y mi firma
en el pie de foto. El segundo tatuaje seria sin dudas la imagen de
las mujeres de mi vida: mi madre, mi abuela, mi hermana y mi mujer,
en la última foto en la que estaban las cuatro juntas antes del
fallecimiento de mi abuela. Los siguientes dos tatuajes fueron mi
segundo hijo y mi hija, con los que me hice el mismo tatuaje que con
el primero. El ultimo tatuaje que me realicé fue una foto con mis
hijos y mi mujer, con una frase made in Los Aldeanos que reza: “La
Familia Chamo Vale Más Que Toda Esa Porquería”. Todos mis
tatuajes se unen para parecer un solo collage que forma parte de mi
brazo hábil: el derecho. Así cada acción que realice con el lo
haré pensando en ellos.
0 comentarios:
Publicar un comentario